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"Un Paseo por la isla Queguay"

   
"Un Paseo por la isla Queguay"

 En este recorrido a través del río Uruguay, la naturaleza no deja de sorprendernos. Los asombrosos bancos de arena que se descubren a lo largo del río se enaltecen junto a la gran cantidad de islas vírgenes que se distribuyen entre los límites de Argentina y Uruguay.
 La naturaleza fue dibujando el más rico paisaje insular y el canal del río marca a uno y otro país, pero sin límites para el recorrido, la observación y el disfrute.
   Frente al balneario de la ciudad de San José (Entre Ríos) se puede divisar la isla Queguay, perteneciente a la República Oriental del Uruguay. Desde el primer día nos llamó la atención esa isla y no paramos de preguntarles a los vecinos ¿Qué  es esa isla? ¿Es de Uruguay? ¿Y qué hay adentro? Todas esas dudas se transformaron en iniciativa y a los pocos días de haber llegado nos cruzamos el río. Bien saben los viajeros que no hay curiosidad que resista demasiado a nuestro espíritu.


   Temprano en la mañana nos adentramos en el Río Uruguay a bordo del kayak que tenemos en el equipo de Guardavidas. Una vez cargadas las provisiones comenzamos a remar los 1,5 Kilómetros que nos separaban de nuestro destino y de inmediato comenzamos a apreciar la tranquilidad que nos regala el río y la selva.



   La isla Queguay tiene 14 kilómetros de extensión y está rodeada por una arena muy blanca, que a lo lejos seduce a cualquier persona. Se la considera una micro-región y tiene un valor natural incalculable para la región.


   Nos quedamos asombrados con las diversidad de sonidos con que nos recibió el lugar: carpintero real, garza bruja, martín pescador, biguá, tero real, chorlito de collar, pica palos, halcón, garza mora, entre otros. A su vez, la tupida vegetación que presenta la isla nos puso a prueba constantemente ya que en reiteradas ocasiones no podíamos avanzar en ninguna dirección.



   Pero eso no era todo lo que esta pequeña selva tenía para mostrarnos. Tras remar varios minutos y casi al borde de la resignación, encontramos la tan famosa entrada a la laguna. Varios pescadores nos habían comentado sobre una laguna al interior de la isla, y eso nos cautivó por completo. La entrada está oculta por la vegetación y sólo se ve si uno rema en sentido contrario a la corriente del río. De no haber sido por estos consejos que nos dio Toribio no la hubiésemos encontrado nunca.



   Hermoso lugar! Un canal rodeado de arboles y lianas que desemboca en una laguna interminable. Por momentos sentíamos que estábamos en el Amazonas! Disfrutamos cada silencio, el sonido de los arroyos que nutren la laguna, el vuelo rasante de las aves, el repiqueteo de los peces. 




Acá les dejamos el Albúm completo de fotos: Facebook

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